Manejo de
conflictos:
Además de la toma de decisiones, otro proceso de grupo importante es cómo
maneja un grupo los conflictos. Cuando éste desempeña sus tareas asignadas,
inevitablemente surgen desacuerdos. El conflicto es percibido como las diferencias
que dan como resultado cierta forma de oposición.
Tres distintos puntos de vista han evolucionado con respecto al conflicto.
El conflicto desde el punto de vista tradicional se refiere a que todo
conflicto debe evitarse; eso indica un problema dentro del grupo.
Otro enfoque, el del conflicto desde el punto de vista de las relaciones
humanas, se refiere a que el conflicto es un resultado natural e inevitable de
cualquier grupo y no necesariamente es negativo, pero tiene el potencial de ser
una fuerza positiva que contribuye al desempeño de un grupo. El tercero y más
reciente enfoque es el del conflicto desde el punto de vista de interacción, el
cual propone que el conflicto puede ser no sólo una fuerza positiva en un
grupo, sino que determinado conflicto es absolutamente necesario para que un
grupo se desempeñe de manera eficaz. El punto de vista interaccionista no
indica que todos los conflictos sean buenos. Algunos, como los conflictos
funcionales, son constructivos, respaldan los objetivos del grupo de trabajo y
mejoran su desempeño. Otros, los conflictos disfuncionales, son destructivos y
evitan que un grupo logre sus objetivos.
¿Cuándo
un conflicto es funcional y cuándo es disfuncional?
Investigaciones indican que depende del tipo de conflicto. El
conflicto de tareas se relaciona con el contenido y objetivos del trabajo. El
conflicto de relaciones se centra en las relaciones interpersonales. El
conflicto de procesos se refiere a cómo se lleva a cabo el trabajo. Las
investigaciones han mostrado que los conflictos de relación casi siempre son
disfuncionales debido a que las hostilidades interpersonales aumentan el
enfrentamiento de personalidades y disminuyen el entendimiento mutuo, de modo
que las tareas no se hacen. Por otra parte, los niveles bajos del conflicto de
procesos y los niveles de bajos a moderados del conflicto de tareas son
funcionales. Para que un conflicto de procesos sea productivo debe ser mínimo
ya que, de otro modo, una discusión intensa sobre quién debe hacer qué cosa
puede volverlo disfuncional, debido a que puede derivar en incertidumbre con
respecto a la asignación de tareas, aumentar el tiempo para completarlas y
llevar a los miembros a trabajar en objetivos cruzados. Sin embargo, un nivel
de bajo a moderado de conflicto de tareas tiene consistentemente un efecto
positivo sobre el desempeño del grupo, ya que estimula el debate de ideas que
ayudan a los grupos a ser más innovadores.
Debido a que aún no tenemos un instrumento sofisticado de medición para evaluar
si los niveles de conflicto son óptimos, demasiado elevados, o demasiado bajos,
un gerente debe intentar juzgarlos de manera inteligente.
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